Alivio en la PAUSA

 

El mundo contemporáneo está cada vez más saturado de imágenes: esta invasión en nuestra mirada no solo se limita al universo físico, pues los ambientes digitales son los que más contribuyen a esta explosión iconográfica. Tampoco es un secreto para nadie que esta profusión provoca un hastío visual y tal parece que ya se han agotado todas las fuentes conceptuales e ideo-estéticas para la representación.

Una Pausa...

Un instante, un respiro, una PAUSA, seducen al espectador ante la nueva producción pictórica de Alfredo Mendoza Bullain (Media Luna, 1989). Su pintura, original y vigorosa, nos coloca ante una reflexión sobre las variadas formas de afrontar un contexto marcado por el vacío y el silencio.

Evocación y contexto

La pintura cubana emergente, vinculada a los géneros, está imbuida de una mezcla sugestiva de reafirmación y negación. Por un lado, y a la vista de no pocos adversarios de la tradición, varios creadores han retomado la práctica de manifestaciones históricas como el paisaje y el retrato, y han comenzado a reinventarse sus propios argumentos conceptuales y técnicos para poder asumirlo, sin la menor preocupación por los estigmas clasificatorios. Pero por otro lado, han decidido renunciar a aquellos códigos que conducen hacia una supeditación estricta al entorno físico de la isla y sus elementos emblemáticos.

Coalición

El estudio que hoy comparten en La Habana Vieja los pintores Maikel Sotomayor y Alfredo Mendoza, constituye una evidencia clara de la estrategia de colaboración que se ha ido fomentando en las actuales circunstancias de la plástica cubana, sobre todo entre los artistas jóvenes que provienen de las academias e institutos de arte, quienes han comenzado a interactuar con una disyuntiva de promoción y mercado algo más flexible, menos controlada que la de sus predecesores, pero igual de compleja en cuanto a las nuevas contingencias económicas y culturales que deben afrontar.